13 feb 2012

Cap. 1 Encuentro desagradable

Mutsumi:
Hoy fue un día maravilloso excepto por una cosa…
Hola me llamo Mutsumi Nakatomi, tengo 16 años, estudio en el colegio Tomo Heda y curso el cuarto grado de secundaria, hoy fue mi primer día de clase y estuvo grandioso; aunque una chica súper rara mató mi mascota. ¡Mi única mascota! ¡Mi SuZu! ¿Cómo pudo hacerlo? ¡Es una descarada! ¡¿Cómo puede matar mi plantita de cerezos, Mi SuZu, y ni siquiera disculparse?! Solo la aplasto, me miro con desprecio y siguió derecho, como si nada hubiera sucedido. ¡Es una atrevida! ¿Cómo puede causar esta desgracia y ni tan solo disculparse?
Por cierto… Creo que es nueva en el colegio pues nunca la había visto…

Yoru:
Hoy fue un día horrible…
Soy Yoru Matsumoto, tengo 17 años, soy nueva en el vecindario y hoy tuve mi primer día de clase en el colegio Tomo Heda, comienzo en el cuarto grado de secundaria.
Además de que las clases estuvieron muy aburridoras, una chica muy dramática estuvo gritándome, no le entendí nada de lo que decía, parecía loca… no sé que le sucedía, así que la ignore y seguí mi camino. Nunca conocí una persona tan histérica como esa chica.



Mutsumi:
Al día siguiente, el profesor de historia comenzó la clase y nos presento una nueva alumna.
-Buenos días chicos, ella- dijo haciendo referencia a la nueva alumna- es Yoru Matsumoto, viene desde muy lejos, así que no conoce a nadie en este lugar. Espero que la ayuden en todo lo que les sea posible-.
Yoru lanzo una mirada de desprecio e indiferencia a los estudiantes del aula.
-Señorita Matsumoto, por favor siéntese delante de la señorita Nakatomi- dijo el profesor señalando el asiento que estaba en frente mío, y el único libre en todo el aula.
Observe con más detalle a la nueva alumna…
Oh! ¡Esa es la chica asesina de plantas de cerezos! (dije para mis adentros)
Yoru se sentó sin mucho entusiasmo. Yo le dije:
-Emm… oye, ¿recuerdas el trágico accidente que le cáusate ayer a mi SuZu?-
-¿Uh?- dijo Yoru confundida pero aun con un notable tono de arrogancia en su voz.
-¡Si, ayer matarte a mi SuZu!- la acusé
-¿Tu Su…Zu?- dijo pausadamente y con cara de incredulidad.
-¡Si! SuZu. S U Z U- le deletreé moviéndole con mis manos sus labios para que entendiera.
Ella bruscamente y con rapidez quito mis manos de su boca y me dijo con un tono repentinamente enfurecido:
-¡¿Estas loca?! ¡Quítame tus manos de encima! No me toques-
Yoru me ignoro nuevamente y dirigió su mirada al tablero. Yo le toque el hombro con el dedo índice repetidas veces. Ella volteo hacia mí lentamente pero con rabia reprimida en sus ojos.
-¿Y ahora qué quieres?- pregunto impaciente y apretando la mandíbula.
-¿Si te acuerdas?- dije con voz inocente y un poco tímida.
-¿De qué?- dijo sin cambiar de actitud.
-De SuZu- dije tristemente
-No, no lo recuerdo. Además no he matado a nadie… creo- dijo la ultima palabra casi para sí misma y con mirada ausente.
-¡¿Nadie?!- dije indignada por la afirmación de Yoru -¿Cómo puedes decir que mi SuZu no es nadie?-
-¿Quién es Shushu?- dijo con la misma expresión incrédula y confundida.
-¡No es ‘Shushu’! ¡Es SuZu! Mi plantita de cerezos-
-¿Tú planta de cerezos?-
-¡¡Si, mi linda plantita de cerezos!! La que tú aplastaste ayer… la mataste! ¿Cómo pudiste?- Dije entre sollozos y con cada palabra alzando mas el tono de voz
-¿Haces tanto escándalo por una estúpida planta?-
-No es estúpida…-la contradije- era mi mascota y mi única amiga…-
La campana para el recreo sonó, interrumpiendo la maravillosa charla que tenia con esa extraña chica, además quería seguir hablando con ella para hacerla disculpar por el terrible accidente de ayer; pero en cuanto terminó la clase, de inmediato, se levanto de su silla y salio del salón. Quería seguirla pero el profesor me llamo y me dijo que quería que yo fuera la guía de la señorita Yoru Matsumoto en el colegio.
-Pero… pero… ¿yo por qué?- pregunte al profesor de historia de mala gana, pero intentando se tierna.
-Porque tú eres una buena chica y la única en la que puedo confiar- dijo con voz encantadora y persuasiva.
No me pude resistir a esa voz y acepte.
Pensándolo bien el profesor de historia es muy lindo… Reflexioné mientras me imaginaba a mi encantador maestro de historia y yo cogidos de la mano caminando por un lindo prado de flores y luego suspire perdiéndome en sus hermosos ojos.
-¿Señorita Nakatomi? ¿Señorita Nakatomi? ¿Le sucede algo?- preguntó cambiando su bella sonrisa por una expresión de preocupación.
-¿Ah…?- volví a la realidad – No, no estoy bien- apenas pude decir, un poco apenada y luego agregue –Iré a buscar a Matsumoto.-
Salí casi corriendo del salón, por la vergüenza, y me dirigí al patio de recreo. No vi a Matsumoto, así que me senté debajo de un árbol para comer los rollitos de atún que tanto me gustan. Observé a una pobre hormiguita agonizando, intente ayudarla, la moví pero no reacciono, así que decidí aplicar lo que aprendí en clase de primeros auxilios: le di respiración boca a boca, pero por accidente me la trague y casi me ahogo. Intente vomitarla pero no funciono.
-¡Pobre hormiguita!- las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos -¡Soy un monstruo! ¡Un monstruo come hormigas!- grite entre cortadamente por el llanto.
-¡Quisiera retroceder el tiempo!- dije desesperada.
En aquel momento todo dejo de moverse, una aves que volaban por el cielo, las personas que estaban cerca de mi, las hojas de los árboles que se mecían con el viento, todo cuanto veía estaba quieto, excepto.... Yoru Matsumoto que repentinamente fijo sus ojos en mi, con una mirada tan fría que una sensación extraña recorrió mi cuerpo y lo estremeció… después de un momento todo regresó a la normalidad, pero ella no despego su mirada de mí ni un momento.
Evadí sus ojos y salí corriendo como reacción a un inexplicable pánico que me causo su presencia. Ella rápidamente me alcanzó y me empujó, luego con una mirada acusadora me dijo:
-¡Tú! ¡Tú eres…!- No termino la frase.
Me recupere de la caída y limpie mi ropa que, por ésta, quedo llena de tierra.
Cuando alce la vista para ver a Matsumoto ya no estaba… había desaparecido. Sorprendida mire hacia todos lados, pero no había rastro de ella.
Regrese al salón de clases esperando encontrarla allí, pero no apareció. Entonces decidí preguntarle al encantador profesor de historia dónde estaba Matsumoto y él respondió:
-Tuvo que salir por un asunto familiar-
Un poco decepcionada, y aun más curiosa por aquel acontecimiento, me fui a mi puesto.
-¡Ash! Ya no podré hacer que se disculpe por mi SuZu- dije para mí misma. -¡Que rabia!- me senté tan fuerte en la silla que me caí de espaldas.

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