29 nov 2011

Recuerdo... (Primer Experimento)

En un bosque, muy oscuro, llegando al cementerio se encontraba una niña llorando y escuchando los secretos del viento. Le contaban mil cosas del pasado, del presente y del futuro; cosas inesplicables, cosas que tal vez tu y yo nunca conceremos. Entonces el viento sopló tan fuerte que hizo hablar a los árboles y en aquel momento comprendió todo en su vida y sonrió.
Sonrió recordando el recuerdo, sonrió porque sus lágrimas ya no eran capaces de salir, sonrió porque su vida había sido algo inesperado, tan triste, tan melancolico. O Talvez ésas no eran las palabras, la palabra era nada. Si la nada existiera ella sería nada. Esa nada que ella siempre había detestado, a la cual le había tenido miedo; y en ese instante se dió cuenta de que se tenía miedo a sí misma, a su futuro,a su vida.



Toda su mente estaba llena de expresiones, de sentimientos, se preguntaba qué hacía allí, cómo había llegado... De nuevo confundida sin saber qué hacer. Estaba tan confundida, ya no sabía porqué llorar si por el presente, por el pasado o por un futuro tan incierto como ella misma. Pues lo que había hecho desde hace algunas horas era pensarse demaciado.
Lo único que recordaba antes de estar escuchando el viento, en el cementerio, era que su padre se acercarse hacia ella.Acercandose, secordanlore que ella no era nada, era simplentente un monton de carne fría, inerte que estaba ahí; su poder no le había servido de nada para escapar de ese lugar, allí se dio cuenta de que ella realmente no era nada.



En ese preciso instante el viento le decía: -Mirame, mirame y te mostraré el camino, la salida para que no estes confundida-, pero ella en tono desesperado le gritaba: -¡No te puedo ver, no te puedo ver!-. El viento le respondió: -Solo cree, porque hay cosas que para poderlas ver debes que creer-.
Estaba desesperada, en busca de los colores del viento, las iluciones que quería encontrar. Deshorientada de la vida no sabía qué hacer, ni qué camino seguir.
Recordó por primera vez cuando su padre le dijo: -Haz hecho un gran trabajo, eres mi única hija y eres mi gran felicidad-, y en ese mismo momento vió a su madre tan cnasada pero tan contenta, tan feliz...
Pero en esa situación de qué le sevían los recuerdos si ya no había nada que hacer, ya ella no era ella; era un simple cuerpo, un cuerpo que no podía ser nada. Solo tratar de luchar para que los que estaban ahí con vida pudieran hacer algo por sus existencias.
Porque la inocencia de esta niña había muerto era un cuerpo vacío, un alma que no sabía oir. Escuchaba el viento ¿Si sería el viento? o solo era su imaginación. Recordaba aquella noche en la que los gritos de su madre llamaban a su padre tratando de salvarla, pero nada se pudo hacer. En medio de la confusión recordo lo que habia pasado hacía pocas horas, no entendía porque estaba ahí, cómo resultar en un cementerio.
Miró a su alrededor, y al frente suyo vió una lápida que tenía grabada en ella su nombre.
-¿Mi nombre? ¿Qué hace allí mi nombre?- dijo desconcertada -No tiene sentido, no recuerdo nada...
Es la temible guerra la que mata cada uno de mis miembros, es la terrible guerra la que mata las personas que yo amo, Ahora ¿Qué podré hacer mas que mirar en esa lápida mi nombre? ¿sere yo, yo o será alguien más?
¿Por qué la muerte querría a alguien como yo? ¿Por qué la muerte tocó mi alma? ¿Por qué yo? ¿Por qué hoy?-.
En ese segundo comprendió que había sido el momento oportuno para morir, para pasar a una nueva vida, para llegar a una nueva época, ser todo lo que simpre quizo.
Miró a su alrededor y encontró lago más, pues no solo estaba la lápida con su nombre, sino también la de sus padres. Se preguntaba aun mas deseparada llorando.
-No tengas miedo- le susurraba el viento- pues cobarde no es el que llora, sino el quer finge estar feliz-
-Pero, ¿Quién eres tú, cómo puedo confiar en ti?- le replicaba mil veces al viento. ¿Quién era esa voz? Nunca la había escuchado ¿Cómo confiar en alguien que nunca has visto? ¿Cómo saber que es la realidad, cómo saber que es mi verdadero mundo?
Un Millon de preguntas en su cabeza sin resolve, incluso más... -¿Qué voy a hacer? ¿Seguir el viento?-

Y de repente recordó cada cosa, recordó que ella fue la primera en morir, recordó que quizo una y otra vez decirle a sus padres quién había hecho que se alejaran los unos de los otros, y recordó que fue esa misma persona en la que alguna vez confió tanto.
Nuevamente las lágrimas rebosaban. Quería ir a su casa.
Pusó sus pies en la tierra o al menos lo intento y eligió el camino en el que creía estaría su casa. Pero en un instante en el que andaba el camino, sopló el viento, aquel viento que le recordó todo, pero esta vez no haciendola sentir mal sino recordandole que tuviera paz, provocandole un sentimiento de calma, densa, pero inestable que muy pocas personas pueden sentir.
Pero aun con tristeza recordó aquella sombra que había robado su esencia. Esa noche en que sus padres y ella habían muerto, esa noche en la que todo había sucedido...
Era una noche de invierno, estaba nevando con gran fuerza. Su padre, su madre y ella al frente de la hoguera oyenron el leve sonido del timbre. No sospecharon quién podría ser a esas horas, quien vendría a visitarlos en la noche que sería la mas trágica de sus vidad. Era él a quien conocía desde ahce tanto tiempo, quien me ahbia apoyado, quien había estabo conmigo. La persona que se sentaba antes de mí, la que miraba todo el tiempo pero nunca se percataba de ello; que quería tocar pero nuca lo logre, parecia que mis manos lo traspasaran. Esa persona por la que sentía y amaba, esa persona a la que admiraba detenidamente todas las noches, y al rec
ordar veía cómo miles de estrellas, cosazones saltantes, y su cuerpo palpitaba y se partía solo con verla.
Era amor, sí, sabía que lo quería, pero estaba frustrada pues nunca lo tendría. Ese hombre o ese ser tan inalcanzable para ella lo quería tener con inmesuable egoísmo. La ambisión pudo con el amor que tenía en su corazón.
Se preguntó que hacía allí, parado en su puerta, cuál sería el motivo de su llegada. Él que nunca le ahbía hablado, siempre había sido imvisible para él, y el indeleble para ella. Como en mundos paralelos, la ignoraba aunque ella sabía muy bien quién era él.
¿Quién era él?¿Quién era yo? ¿Será que sí me había mirado, será que cuando yo lo miraba el notaba que yo lo hacía? ¿Será que ya soy más importante? ¿Seré algo para él? ¿Por qué podría estar ahí?, solo por mí ¿Verdad?
Su padre y su madres escuchan la llegada de ese extraño hombre y le dicen a su hija que no lo quieren volver a ver. Ella intenta, contradiciendo sus propios deseos y cumpliendo los de sus padres, sacarlo de su casa, pero él se niega, y ella se pregunta cuáles serán sus verdaderas razones para estar ahí. No le dice nada, solo mira impacientemente a mis padres. En ese momento no entendía nada, intento pedirle eplicaciones pidiendoles mil veces que le dijera por qué estab allí, pero él solo respondía que quería hablar con sus padres.

Y es cuando ella recuerda que recuerda. Recuerda que es mayor de edad, que quién murio fue una persona de mas o menos treita años. Recuerda que el espiritu de ella siempre ha sido el de una niña, por eso se dejaba lastimar y pegar. Recuerda que ese día el estaba allí para reclamarla a ella como su mujer, para hacerle saber a sus padres que ella era un objeto nada más que eso.
Entonces... ¿Qué paso? ¿Por qué ella estaba muerta? ¿Por qué su tumba estaba frente a ella? o quizas no era ella sola la que estaba ante sus padres, tal vez él también se había ido a ese mundo con ella.
Esa noche en la que él se negaba a irse de su casa, le consedió hablar con sus padres. Se escucho el silencio y despues un grito, subió corriendo y se encontro con un rastro de sangre que conducía a su madre y a su padre.
-¿Qué ha pasado?- se preguntaba- ¡Mi madre, mi padre!- calló arrodillada -¿Por qué él había hecho aquello?-
Intento reclamarle, entre sollosos, golpearlo; pero no funcionaba era como si ella no existiera. Ella simplemente no estaba allí, él no la veía.
Obsevo a sus padres en el suelo, inmoviles.
En ese instante lo comprendió todo ella o había estado allí esa noche, era simplemente un espejismo, una ilución. Tal vez ella ya había muerto.Ese día simplente fue el comienzo de la aclaración de su mente.

Fue así cuando ella le dió a el el último beso. Y es cuando ella se da cuenta de algo, mira su ventana y ve cada casa insendiada mira el cielo y no son estrellas son misiles que caen hacía ella y es cuando ahí todo termina, pero paradogicamente sólo es el comienzo.

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